Sea para ganar peso, perderlo, definir, aumentar algunas zonas del cuerpo… hacer dieta es algo prácticamente habitual en millones de personas. Y esto, supone un gran esfuerzo diario, en todos los sentidos. Porque… ¿quién no lo pasa mal en algún determinado momento, sabiendo que tiene la comida limitada de una manera, a veces, muy estricta?
Pero todo esto, obviamente, tiene su recompensa. Para muchos esta misma recompensa llega en un primer lugar a la hora de situarse encima de la báscula. El peso no engaña, y para los que realizan una dieta de adelgazamiento, ver cómo cae la aguja es sinónimo de éxito. Pero… ¿qué pasa cuando esa aguja, ya no se mueve? ¿De verdad se deja de cambiar nuestro cuerpo? No tiene por qué.
Piensa que el cuerpo en sí es mucho más que grasa almacenada o tamaño muscular. El 70% como mínimo es agua, y a ciencia cierta, la báscula no es un método del todo efectivo en ocasiones. Sin embargo, puedes ayudarte mucho más de una buena cinta métrica.
Para poder evaluar tu trabajo semanal, puedes medirte todas aquellas partes del cuerpo y hacer un buen seguimiento. Te aseguramos que en más de una ocasión, aunque la báscula no se mueva, las medidas sí cambien, aunque sea no más de un centímetro. Pero lo importante, es que se sigue avanzando.
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